martes, 22 de enero de 2008

La tecnología abre la brecha entre sexos


El acceso y el uso de las nuevas tecnologías está abriendo brechas digitales, pero no sólo entre el mundo occidental y los países pobres, también entre hombres y mujeres y en esto último no hay distinciones por zonas geográficas. Los datos que llegan de los países más desarrollados indican que las mujeres se están quedando atrás, que no tienen tanto tiempo como quisieran para navegar sin rumbo determinado en Internet, que no encuentran en la Red lo que andan buscando y que su formación académica, menos tecnológica que la de los hombres, no propicia un acercamiento fluido al ordenador.
¿Cómo se explica, si no, que entre las tituladas y titulados universitarios, haya de 15 a 20 puntos de diferencia a la hora de conectar un módem o una impresora? "En este caso, puesto que ambos tienen los mismos estudios, la brecha se debe a su especialidad académica. Los hombres se matriculan más en carreras tecnológicas y ellas en otras ramas más sociales, de humanidades o sanitarias, y esa es otra brecha que se abre cada vez más en toda Europa", explica la catedrática de Economía Aplicada de la Universidad Complutense Cecilia Castaño.
Algo parecido ocurre cuando los estudios son inferiores: ellos siempre sacan ventaja en esas tareas más complejas al manejar programas informáticos. "Es una cuestión educacional, a los niños se les transmite más confianza en las máquinas", afirma Castaño.
Tampoco pasan el mismo tiempo en Internet los hombres y mujeres con estudios universitarios, ni mucho menos; entre ambos hay una diferencia de 20 puntos. Ellas alegan falta de tiempo, contenidos que no les gustan y el uso que hacen del ordenador se circunscribe al trabajo y algunas consultas de carácter práctico. "Consultan posibles empleos, asuntos relacionados con la educación o la sanidad para la familia...". Sin embargo, los hombres sí parecen tener tiempo porque parte de su navegación es por ocio y consumo: deporte, la bolsa, pornografía...
El equipo de Cecilia Castaño ha pasado un año entero interpretando los datos de la encuesta sobre uso de las Tecnologías de la Información (TIC) del INE para entresacar las diferencias entre hombres y mujeres y buscar los porqués. Para ello han reunido a grupos de mujeres (estudiantes universitarias, profesoras de secundaria, ingenieras e informáticas, emprendedoras con sus propios negocios, teletrabajadoras) y un grupo de hombres que reunía las mismas características.
A partir de ahí han podido saber que ellos pasan más tiempo en Internet, lo utilizan más para tramitar cuestiones administrativas, comprar y hacer transacciones bancarias; ellas, sin embargo, lo usan menos y de una forma más práctica, para resolver cuestiones sanitarias o buscar formación laboral o académica. También compran menos por Internet y sobre todo productos para el hogar, mientras que entre los hombres las adquisiciones más habituales son de material informático.
"La impresión más clara es que han trasladado los roles habituales al campo de las nuevas tecnologías", afirma Castaño. Tanto es así que las mujeres usan más el móvil y el correo electrónico para hablar y relacionarse, mientras que los hombres dan un uso más práctico a estos dos sistemas de comunicación.
Consultados hombres y mujeres por estas diferencias, ellos se atribuyen mayor interés y destrezas respecto a las nuevas tecnologías, aunque afirman que las mujeres jóvenes ya presentan estas mismas características. También creen que las mujeres son más prácticas y eso se aprecia en el uso de las tecnologías. Y opinan que los roles de género marcan esta diferencia.
Las mujeres, por su parte, señalan factores socioeducativos históricos y una incorporación tardía de la mujer al trabajo como una de las causas de su acercamiento más dificultoso a las nuevas tecnologías. También piensan que la mujer tiene mayor habilidad verbal frente a la tecnológica, que, a su juicio, favorece a los hombres. Pero se quejan de que los contenidos que se encuentran están muy pensados para los varones y que también influyen los factores económicos.
"Cuando en una familia hay jovencitos estudiantes es más probable que haya ordenador y que los padres quieran navegar con ellos, pero eso siempre beneficia al padre y afecta negativamente a la madre. Ella no saca tiempo, precisamente por atender otras tareas relacionadas con los hijos mientras que para el padre acompañarlos aumenta su contacto con el ordenador", afirma Castaño.
Los estudios y la menor relación de la madre con el ordenador ejercen una gran influencia en los hijos, pero por esta cuestión no se pregunta en las encuestas.

¿Creen qué esto es cierto?

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